También conocido como animación fotograma a fotograma, es una de las técnicas más antiguas de la historia del cine. Sus orígenes se remontan al cineasta e ilusionista francés Georges Méliès, que la utiliza por primera vez en 1896. Desde esa época ha estado ligada a la creación de efectos especiales cuando todavía no existía la animación digital por ordenador. El mundo perdido (1925), King Kong (1933) o Star Wars (1977) son algunas de las producciones para las que se usó esta técnica.

​

Estos efectos especiales podríamos decir "primitivos" fueron los que inspiraron al director Tim Burton a usar el stop-motion para sus películas de animación, como técnica alternativa a la animación tradicional, es decir, los dibujos animados. El stop-motion sigue ocupando un lugar en el cine actual, ya no como efecto especial, sino como técnica de animación a través de películas de productoras como Aardman o Laika.

​

Hay dos grandes tipos de animación stop-motion. Uno de ellos utiliza modelos de plastilina o pasta moldeable para crear y animar los personajes; y otro, el que usamos nosotros, figuras rígidas articulables, en nuestro caso los clicks de Playmobil.